Éste es quizá uno de los exámenes más solicitados e importantes a nivel de laboratorio. Consiste básicamente en una cuantificación de las principales células a nivel de sangre periférica, a saber:
Una disminución en los valores de glóbulos rojos indica la presencia de anemia. Paralelamente a su medición se puede revisar la morfología de los eritrocitos (glóbulos rojos) a través de un frotis sanguíneo lo que puede ayudar a hipotetizar, por ejemplo, si se trata de una anemia ferropénica, donde los eritrocitos son típicamente más pequeños de lo normal. Además de muchas otras formas que pueden indicar desde un defecto genético en la hemoglobina (drepanocitosis hereditaria/esferocitosis hereditaria/eliptocitosis hereditaria) a procesos de destrucción celular (anemia hemolítica).
La anemia, entendida como una disminución en el número normal de glóbulos rojos, puede ser consecuencia de tres diferentes procesos:
1- Pérdida de glóbulos rojos: como por ejemplo ocurriría en caso de una hemorragia
2- Falla en la producción de los glóbulos a nivel de la médula ósea: donde puede ocurrir que no estén presentes los materiales necesarios para producir nuevas células (hierro, vitaminas, ácido fólico) o bien una infiltración de la misma por un proceso neoplásico donde las células madre progenitoras son desplazadas e imposibilitadas a cumplir su función.
3- Destrucción de glóbulos rojos: que bien puede ocurrir por mecanismos auto-inmunitarios o bien los defectos en la hemoglobina que hacen a los eritrocitos susceptibles de ser destruidos a su paso por el bazo.
Por el contrario un aumento muy significativo en el número de glóbulos rojos por encima de los valores normales, es conocido como Policitemia vera, un trastorno donde la médula ósea produce más eritrocitos de los que se necesitan.
Esto conlleva un riesgo mayor de desarrollar coagulopatías.
A nivel de glóbulos blancos, su cuantificación y morfología. permite orientar acerca de la existencia de algún tipo de infección y su posible clasificación como bacteriana o viral.
Los leucocitos o glóbulos blancos cumplen un papel fundamental en los procesos de inmunidad celular y humoral.
También a través de sus características morfológicas, se puede determinar (si la infección estuviera presente) si se trata de un proceso agudo o crónico, por ejemplo, presencia de células en banda o aún más inmaduras. Un aumento en el % de un tipo particular de célula dependiendo de cuál se trate, puede orientar hacia un tipo particular de patología. Un ejemplo claro sería un aumento significativo en los eosinófilos que puede significar desde la presencia de un parásito, a un tipo de reacción alérgica severa o bien la presencia inclusive de algún tipo de cáncer.
Las plaquetas son células extremadamente importantes en el mantenimiento de la homeostasis sanguínea. Ellas participan activamente en este proceso y en caso de lesión celular son las encargadas de formar el tapón e iniciar el proceso de coagulación de la sangre.
Su medición es importante, pues algunos virus pueden atacarlas y destruirlas poniendo en peligro la vida del paciente, como por ejemplo, en el caso del dengue hemorrágico
También algunas personas pueden tener defectos en el número o función de las plaquetas, lo que conlleva a la aparición espontánea de petequias o sangrados nasales y/o de encías