Son sustancias que se miden en sangre, cuya
concentración a un nivel superior al establecido como normal, puede ser indicativo de la presencia de un
cáncer. Su interpretación es compleja, pues se pueden dar
falsos positivos y también
falsos negativos.Normalmente se usan para ver la respuesta al tratamiento de un tumor diagnosticado por otros medios o recurrencia del mismo.
Su utilidad es limitada, no obstante, un valor por encima de los rangos de referencia, debe ser estudiado cuidadosamente.
Otro problema asociado a los marcadores tumorales es que no necesariamente son órgano específicos, es decir, un marcador como el CEA (antígeno carcinoembriónico específico) normalmente asociado a cáncer de colón, puede verse elevado en otros tipos de cáncer como el de mama y otras patologías no cancerígenas como cirrosis, EPOC, enfermedad de Crohn, etc.
Aún con su poca especificidad en muchos de los casos y la posibilidad de falsos y negativos, son de utilidad en el seguimiento de un diagnóstico establecido por otros medios.
Existen bastantes marcadores, algunos de los más comunes son:
AFP (Alfa-feto-proteína)
Ca-125 asociado a cáncer de ovario
Ca-15.3 asociado a cáncer de mama
Ca-19.9 asociado a cáncer de páncreas, etc.
Muy conocido y mucho más específico el PSA (Antígeno Prostático Específico) asociado a inflamación de la próstata o bien riesgo de cáncer prostático.